En 1997, Csilla tenía 22 años, una hija de cuatro y vivía en una zona rural de Hungría. Una noche que salió de fiesta con una amiga, fue secuestrada en un bar y vendida, junto con otras jóvenes de Europa del Este, para trabajar como prostituta en Israel. Le siguió una larga carrera de drogadicción para soportar el infierno.
Veinte años después, Csilla ha conseguido liberarse de los proxenetas y también de las drogas. Ahora trabaja como voluntaria en un proyecto de protección y apoyo a las prostitutas de la calle.
Pero para obtener un permiso de residencia “por motivos humanitarios”, el Ministerio del Interior israelí, le exige demostrar lo que le ocurrió. Csilla emprende así, un doloroso viaje al pasado, esta vez con una cámara en la mano. Quiere documentarlo todo y tal vez de esa manera superar el trauma. Pero ¿a qué precio?
En 1997, Csilla tenía 22 años, una hija de cuatro y vivía en una zona rural de Hungría. Una noche que salió de fiesta con una amiga, fue secuestrada en un bar y vendida, junto con otras jóvenes de Europa del Este, para trabajar como prostituta en Israel. Le siguió una larga carrera de drogadicción para soportar el infierno.
Veinte años después, Csilla ha conseguido liberarse de los proxenetas y también de las drogas. Ahora trabaja como voluntaria en un proyecto de protección y apoyo a las prostitutas de la calle.
Pero para obtener un permiso de residencia “por motivos humanitarios”, el Ministerio del Interior israelí, le exige demostrar lo que le ocurrió. Csilla emprende así, un doloroso viaje al pasado, esta vez con una cámara en la mano. Quiere documentarlo todo y tal vez de esa manera superar el trauma. Pero ¿a qué precio?