Una de tantas guerras: Darfur, Sudán.
Dos de los muchos niños refugiados: Jasmin y Fátima.
Las dos amigas, de 11 y 12 años, pudieron escapar de las masacres en su país de origen y huir con los pocos familiares que sobrevivieron al campo de refugiados de Bredjing, en el sureste del vecino Chad.
"Gracias a Alá, ¡lo teníamos todo!", dice la madre de Jasmin mientras habla de los buenos tiempos en su país antes de que estallara la guerra. Vemos lo que les queda a ella y a las demás familias y cuentan lo que sucedió en el medio.
Las sombras del pasado están en el presente y la incertidumbre del futuro determina su días de espera en el campo de refugiados.
La película se acerca a las dos niñas con cautela mostrando su vida cotidiana, que, a pesar de la pobreza y las penurias, logra mitigar un poco la rudeza de lo que han vivido con dignidad, a través de juegos, canciones en la escuela y de la fuerza de su fe musulmana.
Una de tantas guerras: Darfur, Sudán.
Dos de los muchos niños refugiados: Jasmin y Fátima.
Las dos amigas, de 11 y 12 años, pudieron escapar de las masacres en su país de origen y huir con los pocos familiares que sobrevivieron al campo de refugiados de Bredjing, en el sureste del vecino Chad.
"Gracias a Alá, ¡lo teníamos todo!", dice la madre de Jasmin mientras habla de los buenos tiempos en su país antes de que estallara la guerra. Vemos lo que les queda a ella y a las demás familias y cuentan lo que sucedió en el medio.
Las sombras del pasado están en el presente y la incertidumbre del futuro determina su días de espera en el campo de refugiados.
La película se acerca a las dos niñas con cautela mostrando su vida cotidiana, que, a pesar de la pobreza y las penurias, logra mitigar un poco la rudeza de lo que han vivido con dignidad, a través de juegos, canciones en la escuela y de la fuerza de su fe musulmana.