Grischa y Heinrich son actores de teatro en Berlín Occidental. Tras una noche juntos en el camerino, se convierten en pareja, pero pronto se enfrentan a sus discrepancias. Mientras Grischa se implica en el movimiento feminista, Heinrich lamenta las utopías incumplidas del movimiento estudiantil y se abandona a la autocompasión. Al mismo tiempo, Heinrich quiere ser padre y Grischa no confía en que él pueda asumir la responsabilidad de tener un hijo. Pero se queda embarazada…
En esta película, realizada siete años después del "68", Helma Sanders-Brahms plasmó la actitud ante la vida de una generación. Mientras la experiencia de la impotencia política empujaba a los luchadores frustrados al aislamiento social o, como a Heinrich, les hacía albergar esperanzas de una "revolución para dos" en el amor, motivaba a las mujeres a enfrentarse a la opresión femenina. El conflicto entre lo político y lo privado se refleja también en la estética de la película, en donde escenas de intimidad están editadas junto a secuencias documentales, por ejemplo, de una manifestación contra la prohibición del aborto.
El debut cinematográfico de Helma Sanders-Brahms se considera una película central del movimiento feminista alemán y del movimiento de 1968. Un documento significativo, al mismo tiempo que un ejemplo sobresaliente del despertar del joven cine alemán.
Grischa y Heinrich son actores de teatro en Berlín Occidental. Tras una noche juntos en el camerino, se convierten en pareja, pero pronto se enfrentan a sus discrepancias. Mientras Grischa se implica en el movimiento feminista, Heinrich lamenta las utopías incumplidas del movimiento estudiantil y se abandona a la autocompasión. Al mismo tiempo, Heinrich quiere ser padre y Grischa no confía en que él pueda asumir la responsabilidad de tener un hijo. Pero se queda embarazada…
En esta película, realizada siete años después del "68", Helma Sanders-Brahms plasmó la actitud ante la vida de una generación. Mientras la experiencia de la impotencia política empujaba a los luchadores frustrados al aislamiento social o, como a Heinrich, les hacía albergar esperanzas de una "revolución para dos" en el amor, motivaba a las mujeres a enfrentarse a la opresión femenina. El conflicto entre lo político y lo privado se refleja también en la estética de la película, en donde escenas de intimidad están editadas junto a secuencias documentales, por ejemplo, de una manifestación contra la prohibición del aborto.
El debut cinematográfico de Helma Sanders-Brahms se considera una película central del movimiento feminista alemán y del movimiento de 1968. Un documento significativo, al mismo tiempo que un ejemplo sobresaliente del despertar del joven cine alemán.