Esta cautivadora película, que combina la tecnología 3D y el rodaje en directo, recrea ingeniosamente un entorno doméstico y familiar desafiando nuestra percepción a medida que las distorsiones y peculiaridades físicas cobran protagonismo. La cámara se transforma en un microscopio, revelando un pase de diapositivas lento e introspectivo que capta los preciosos momentos de una mente en desorden.
Inspirándose en la teoría cuántica, en la que las partículas pueden coexistir en múltiples estados simultáneamente, Glucosa presenta un viaje angustiante pero humorístico y da vida a relaciones poco convencionales, mostrando cómo las características físicas de los objetos se entrelazan de formas inesperadas. ¿Confía usted siempre en lo que ve y escucha? Entonces tenga cuidado: ¡Glucosa podría desviar sus percepciones sensoriales a terrenos resbalosos!
El sorprendente cortometraje toma su título del estado agregado de los hidratos de carbono, que son fácilmente solubles y comienzan a fundirse a 146 grados Celsius. Esta variabilidad material se encuentra en un pez que se desprende de las leyes físicas y flota en el aire, en bombones que parecen disolverse en gas y en huevos fritos que se convierten en pequeñas coronas brillantes en primer plano.
Glucosa disuelve las proporciones y las leyes naturales en favor de un mundo asociativo personal más allá de nuestra percepción acostumbrada a dividir la realidad en dicotomías: donde hay aire, no hay agua, y donde no hay agua, no hay peces. ¿O los hay?
La visión de Glucosa tiene un efecto liberador ya que la ruptura de las constantes fundamentales no es de carácter destructivo, sino irónico, proponiendo la creación de alternativas ilógicas a las contradicciones conocidas.
Esta cautivadora película, que combina la tecnología 3D y el rodaje en directo, recrea ingeniosamente un entorno doméstico y familiar desafiando nuestra percepción a medida que las distorsiones y peculiaridades físicas cobran protagonismo. La cámara se transforma en un microscopio, revelando un pase de diapositivas lento e introspectivo que capta los preciosos momentos de una mente en desorden.
Inspirándose en la teoría cuántica, en la que las partículas pueden coexistir en múltiples estados simultáneamente, Glucosa presenta un viaje angustiante pero humorístico y da vida a relaciones poco convencionales, mostrando cómo las características físicas de los objetos se entrelazan de formas inesperadas. ¿Confía usted siempre en lo que ve y escucha? Entonces tenga cuidado: ¡Glucosa podría desviar sus percepciones sensoriales a terrenos resbalosos!
El sorprendente cortometraje toma su título del estado agregado de los hidratos de carbono, que son fácilmente solubles y comienzan a fundirse a 146 grados Celsius. Esta variabilidad material se encuentra en un pez que se desprende de las leyes físicas y flota en el aire, en bombones que parecen disolverse en gas y en huevos fritos que se convierten en pequeñas coronas brillantes en primer plano.
Glucosa disuelve las proporciones y las leyes naturales en favor de un mundo asociativo personal más allá de nuestra percepción acostumbrada a dividir la realidad en dicotomías: donde hay aire, no hay agua, y donde no hay agua, no hay peces. ¿O los hay?
La visión de Glucosa tiene un efecto liberador ya que la ruptura de las constantes fundamentales no es de carácter destructivo, sino irónico, proponiendo la creación de alternativas ilógicas a las contradicciones conocidas.