Sus cortometrajes son clásicos y han recibido innumerables premios
Veit Helmer es un nómada de los diversos géneros cinematográficos y cruza constantemente los límites entre el largometraje y el cortometraje. Con largometrajes como "Tuvalu" o "La puerta del cielo", el director desarrolló un lenguaje visual poco convencional y a través de sus cortometrajes, sorprendentes y encantadores, puso constantemente a prueba su propio estilo, que siguió desarrollado mientras creó obras de arte.
Muchos de los cortometrajes de Helmer, como "¡Sorpresa!", "Tour Eiffel" y "El limpiador de ventanas", son clásicos desde hace ya mucho tiempo.
Veit Helmer es un nómada de los diversos géneros cinematográficos y cruza constantemente los límites entre el largometraje y el cortometraje. Con largometrajes como "Tuvalu" o "La puerta del cielo", el director desarrolló un lenguaje visual poco convencional y a través de sus cortometrajes, sorprendentes y encantadores, puso constantemente a prueba su propio estilo, que siguió desarrollado mientras creó obras de arte.
Muchos de los cortometrajes de Helmer, como "¡Sorpresa!", "Tour Eiffel" y "El limpiador de ventanas", son clásicos desde hace ya mucho tiempo.
Veit Helmer es un nómada de los diversos géneros cinematográficos y cruza constantemente los límites entre el largometraje y el cortometraje. Con largometrajes como "Tuvalu" o "La puerta del cielo", el director desarrolló un lenguaje visual poco convencional y a través de sus cortometrajes, sorprendentes y encantadores, puso constantemente a prueba su propio estilo, que siguió desarrollado mientras creó obras de arte.
Muchos de los cortometrajes de Helmer, como "¡Sorpresa!", "Tour Eiffel" y "El limpiador de ventanas", son clásicos desde hace ya mucho tiempo.